jueves, 1 de agosto de 2013

Fusco, por siempre Leo


Hace ya casi dos meses se fue de este mundo un muy buen pibe, de apenas veinticinco años, llamado Leonardo Vicente Fusco. No fui su amigo pero si alguien con quien tuve muchas conversaciones y el cual me hizo reír en muchas ocasiones.
Maestro Internacional, jugador de un estilo táctico que fue mutando a universal, ponderaba siempre los sacrificios aunque fueran "mandar fruta" - en su propio léxico. En algunos magistrales me decía -"¿Ya vas a mandar fruta?" y yo me reía porque el adivinaba cuando yo estaba cerca de hacerlo.
Solía decir esa jugada es ¡maliiiiiiiisima! con énfasis pero nunca con la intención de ofender. Si te cargaba, si bromeaba mas bien era para sacarte una sonrisa para hacerte cómplice de su chiste.

Recibiendo la Copa de ganador del Abierto de Playa Unión 2013

En Febrero de 2013 obtuvo  el que habría de ser su último torneo a orillas del Mar Argentino en Playa Unión, Provincia de Chubut, en los pagos adoptivos del recordado profesor de Villa Martelli, Jorge Laplaza:
Fanático del ajedrez y de Velez, otra pasión que tenía aparte del ajedrez. Hemos discutido por Boca y por Velez pero sobre todo siempre nos escuchamos aunque no compartiéramos las ideas.
La escuela, el fútbol, el ajedrez, todo; lo hallaron en su  barrio: Villa Martelli. Por eso muchas veces se daba una vuelta por la Escuela Ruy Lopez y pasaba a saludar por las aulas a algunos de nosotros, los profesores de ajedrez.
Su pasión por Brasil lo hizo ir muchas veces a esas tierras donde muchos amigos también lo recuerdan, tanto que, apenas fallecido, el MI argentino Leandro Perdomo y otra gente organizó un torneo en su homenaje en la Universidad de San Pablo.
Durante el Abierto de Mar del Plata me enteré que una enfermedad cruel le aquejaba y recé siempre para que Dios le de una mano pero, pese a sus esfuerzos, de la gente del Circulo de Villa Martelli, y muchos otros amigos (los cuales debería nombrar pero no se si pretenden tal cita) el destino quiso otro final, el que nunca deseamos, menos para un joven de su futuro y vitalidad. Ciertas veces me siento mal por no haberlo podido ayudar pero en parte pensaba que era su voluntad que no lo molestaran mucho y siempre me quedó en duda mi idoneidad para colaborar bien con él, pero eso me dediqué a orar por su mejoría. Vaya entonces, en estas letras, mi humilde homenaje a Leonardo y ojalá pronto pueda realizar una buena partida donde "mande fruta" en su memoria, por aquellos buenos viejos tiempos.
El viernes 14 de Junio tuve que frenar la clase a los chicos del Club Argentino y les hable de él, establecimos con los alumnos que la segunda clase de esa jornada seria en homenaje al Maestro Fusco; a continuación, en un receso especial del tradicional torneo semilento, el maestro Hernan Perelman expuso algunas emocionadas palabras alusivas a Leo. Fue el día de su paso a la inmortalidad.
Lo extrañamos y me animo a incluir a muchos; aún recordamos sus chistes, sus análisis de partidas a mil por hora y su risa inconfundible, contagiosa.
Justamente en la esquina de Paraguay y la Avenida Callao (a metros del Club Argentino de Ajedrez) hacia mediados de Diciembre de 2012 nos vimos y hablamos en lo que seria nuestro encuentro final: -"¿Como saliste Leo? y su respuesta entre sonrisas fue -"Y... gané, obvio jajaja". Abriendo sus brazos como en alusión a lo absurdo de mi pregunta nos dimos un abrazo y nos despedimos.
Vivió poco pero nos dejó mucho, además de sus partidas su permanente buena onda que jamás permitía traslucir sus problemas personales. Por todo eso Gracias Maestro Fusco, Gracias Leo, nuestro por siempre "Maestro Frutero".