Los resultados estadísticos del color que nos toca usar o frente a nuestro puntual rival no deben presionarnos sino más bien el reto de un nuevo juego debe movilizarnos.
Uno debe jugar acorde a la energía del día siendo consciente de la misma (de allí el tipo de posiciones que se ha de buscar).
A niveles más altos la preparación teórica brinda diferencias que pueden inclinar el resultado, a niveles medios y bajos la apertura pierde fuerza aunque sigue siendo importante por ser la primera fase del juego.
Las tendencias de las que habla Yermolinsky suelen ser más duras de revertir con negras que con blancas (aunque ello no es absoluto). Lo que sí es clave es que cuando el negro comienza a tener una tendencia dominante el blanco (que juega primero y en teoría tiene la iniciativa) debería darse cuenta inmediatamente mientras que al negro le puede costar más darse cuenta de un camino que comienza a ser adverso en su contra.
A todo nivel se comenten errores (suelen cambiar las magnitudes de ellos) pero lo que hay o puede existir entre un jugador y otro es un abismo entre la teoría (relacionado con los conocimientos) y la práctica (relacionada con las habilidades).
No hay que tener miedo a las valoraciones de los libros si uno entiende la posición mediante estudios hechos con su propio esfuerzo.